Por: Ángel Saúl Díaz Téllez
En los ambientes virtuales de aprendizaje generados desde o para la educación, así como en los modelos tradicionales se necesitan de una relación de emisión y recepción, pero hay un punto que parece ser obvio y a pesar de ello a veces se olvida, hago alusión a la retroalimentación (feedback). La retroalimentación es necesaria en cualquier entorno educativo porque el estudiante espera saber en qué acertó y en qué aspectos debe mejorar. También el tutor necesita saber por ejemplo qué piensa un estudiante o un grupo sobre cierta situación o suceso. En todo caso el proceso de darle un sentido más amplio a la información unidireccional para enriquecerla con resignificaciones y ajustes, con miras a obtener respuestas o efectos por parte de emisores y receptores, es un aspecto muy importante para mantener contacto e incentivar la motivación en los estudiantes y también en los tutores.
La retroalimentación que hacemos como tutores siempre debe estar basada en guiar y no en castigar, debemos incentivar a nuestros estudiantes a aprender desde los errores, de hecho pedagogías actuales entienden y promueven el error como centro de aprendizaje, al respecto se puede ver la propuesta que hace el pensador Edgar Morin Aunque es claro que existen una rúbricas, pautas (guías) o requisitos mínimos para las actividades, siempre es necesario estar como gestor de enseñanza y aprendizaje, en seguimiento constante del desempeño individual y grupal, con miras a apoyar, guiar y motivar. Un estudiante aprecia indicaciones más allá de las guías y rúbricas. Si no se hace esto, puede ser que los resultados esperados por el tutor o la tutora no sean los esperados.
Es recomendable estar enviando información al foro de noticias, revisando los foros generales y los destinados para el desarrollo de actividades puntuales. Además de eso verificar por lo menos cada 24 horas el correo electrónico. No se demore en responder pues sus estudiantes, sentirán que están solos o que no hay acompañamiento. Cuando sea necesario envié mensajes a todo el grupo y en otros caso lo tendrá que hacer de forma particular. Si no tiene respuesta inmediata, por lo menos diga que está averiguando y después sí responda. Ahora en cuanto a actividades específicas, siempre haga uso de la rúbrica y las guías de otro modo sus estudiantes percibirán que su criterio es parcializado y está fuera de contexto. La calidad de la retroalimentación está dada por la relación tiempo de respuesta y claridad y profundidad de los argumentos, no responda: "eso está en la guía" "hay que leer la rúbrica", entre otros aspectos.
Dele a sus estudiantes explicaciones por qué cumplió o en qué aspectos hay debilidades. La retroalimentación es un elemento relevante porque además de establecer contacto, también permite a sus actores tomar decisiones que redunden en la potenciación de los procesos de enseñanza y aprendizaje. Ya los estudiantes dejaron de ser receptores, ahora son también emisores y cada vez más críticos, incluso pueden producir información y contenidos de igual o mejor calidad que sus tutores. Con lo dicho, se hace una extensiva invitación a hacer uso de la retroalimentación como mecanismos para potenciar a nuestros estudiantes y desarrollar nuestras acciones cada vez con más y mejores niveles de calidad.
